Cátedra Antropología Socio-Cultural (producción de Luciana Alladio)

                          Profesorado de Psicología-2010

Asignatura: Antropología Socio – Cultural

Alumna: Luciana Alladio

Curso 4 º año

¿Los  últimos serán los primeros? : una reflexión antropológica en el Bicentenario de la Patria

 

   America Latina cuenta con una región natural rica en su suelo, lagos y montañas; con condiciones ideales para sembrar y criar animales ya que su clima favorece a estas producciones. Pero este capital desde la llegada de los europeos fue aprovechado por los llamados “descubridores”  que pensaron en nombre de las personas que habitaban estas tierras. Es decir, desde los inicios mismos de ese descubrimiento” hubo dificultades para aceptar a “los otros diferentes”. Se los considera entonces como torpes y salvajes, por ello deciden “civilizar-los”, evangelizándolos.

Desde el plano económico se incluye al nuevo continente   en el sistema europeo de intercambio, desigual desde siempre, por cierto,  y sumergirlo, con el pasar de los años, en un continente proveedor de materias primas para los nuevos modos de producción que comenzaba a surgir a partir de la Revolución Industrial. Se genera así un nuevo régimen que reemplaza al anterior: el modelo de organización social capitalista.

Como es sabido por todos, éste modelo se aleja de la idea de comunidad local, economía social, solidaridad, para apuntar a una economía de mercado, a una comunidad global y al hombre y su individualidad.  

¿Cómo nos encuentra a los argentinos el Bicentenario? ¿Qué sucede hoy mientras en América Latina?

El Siglo XXI encuentra a estas tierras con muchas cuestiones por resolver a nivel político. A nivel económico se encuentran  desde las grandes urbes hasta las pequeñas comunidades envueltas en una economía basada en el consumo excesivo, con sujetos, hombres y mujeres que trabajan el doble para “consumir” todas las “necesidades” que presenta este modelo social y económico.   En la historia más reciente estos pueblos son tomados como “graneros del mundo” y hoy en día representan, el basurero del mundo, ya que empresas internacionales traen sus fábricas para conseguir trabajo a bajo costo, para contaminar el suelo y los ríos, apropiándose de sus recursos naturales.

   Podemos comparar la situación que vive America Latina, y Argentina como parte de ese contexto, con la esclavitud de los negros, traídos de África en épocas de conquista. Esta civilización negroide era considerada por los blancos inferior. La piel negra representaba inferioridades mentales, por esta razón los apresaban y utilizaban como sirvientes y esclavos que realizaban las tareas mas pesadas en la sociedad. Al igual que los negros de África nuestros antepasados aborígenes fueron explotados en las minas de plata para extraer este recurso que luego era llevado a Europa. El pueblo latino es tomado por países europeos, como el sirviente de las necesidades ajenas, entregando sus  riquezas como el petróleo, el hierro, el cobre, la carne, las frutas, el café, etc.

   El imperio Inca tenía organizada la vida en comunidad. Todos trabajaban y no existía la desocupación. Tenían un profundo respeto por la tierra, por la naturaleza. Poseían sabiduría y creían en la enseñanza, como así también una compleja administración y considerable riqueza que era distribuida. Lo mismo sucedió con Mayas y Aztecas. Esto fue hasta que llegaron los europeos con “su idea civilizatoria”. Los contactos se convirtieron en explotación.

 Nuestra historia como Latinos es muy similar también a lo sucedido con África, fueron invadidos y educados según los pensamientos europeos dejando de lado raíces, legado, en fin su cultura. Siempre con la misma dificultad de comprender al “otro” diferente. Más bien se lo niega.

   A nosotros también nos negaron una historia. Y nos embarcaron en un modelo de vida en sociedad que aún hoy no acepta al diferente: ni en sus pensamientos, ni en su lenguaje, tampoco en sus costumbres. Una sociedad que lejos de ser solidaria, compite por “el mejor”. Como en una carrera, perdimos; otros ganaron, pero sucede que quienes ganaron lo hicieron gracias a que nosotros perdimos.

¿Existirá desde la educación la posibilidad de revertir esto para las nuevas generaciones?

  En palabras de Eduardo Galeano “Nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros…”  (Galeano E.2005:110).

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